Como Dejar de Poner Excusas y Comenzar a Tener Resultados

Las excusas no le permiten a ninguna persona avanzar, es por ello que el día de hoy te contaré una breve historia con la intención de dejar una valiosa enseñanza.

Como Dejar de Poner Excusas y Comenzar a Tener Resultados

En un pequeño pueblo vivía un hombre ya bastante mayor, el cual no sabía ni leer ni escribir, por ese mismo motivo trabajaba como vigilante en un bar del pueblo, que más podría hacer un hombre como él.

Un día el dueño del antro decidió venderlo , y el nuevo dueño decidió hacer varios cambios en el lugar.

Llamó al vigilante y le dijo «Quiero que me hagas una lista diaria de las personas que entran y salen del lugar.»

El vigilante apenado le respondió «La verdad lo siento mucho, me encantaría llevar a cabo la tarea que me pide, pero no se leer ni escribir.»

Entonces el dueño le dijo «Lo siento mucho, pero así no podrás seguir en el puesto de vigilante.»

El anciano le dijo «Joven yo he trabajado aquí toda mi vida no se hacer otra cosa, por favor no me despida del puesto, de verdad necesito el cargo».

El joven le respondió «Lo siento mucho, pero sinceramente no puedo hacer nada con su caso, le prometo que recibirá una buena bonificación por su retiro.»

Buscar Otras Opciones

El hombre tuvo que buscar algo que hacer para ganar dinero, entonces recordó que cuando era vigilante, solía arreglar las sillas y las mesas cuando estaban deterioradas.

Entonces pensó que esa podría ser su nueva fuente de ingreso, pero solo contaba con unas herramientas viejas y un par de tornillos oxidados, así que con lo de la liquidación decidió ir hasta otro pueblo en burro para comprar un martillo.

Al llegar de nuevo a su pueblo un vecino se enteró del nuevo martillo, y se lo pidió prestado, al devolverlo le dijo «¿Usted sería tan amable de venderme este martillo para no tener que viajar hasta el otro pueblo en burro?». Pero el anciano le aclaro que necesita el martillo para su trabajo personal.

Entonces el otro hombre le propuso una idea, le dijo que le pagaría el viaje de ida y vuelta para que comprara otro martillo, el anciano analizó la situación y aceptó porque esto le daría el pago por 2 días de trabajo como carpintero, así que le vendió el martillo.

Luego de haber hecho el viaje por el martillo nuevo, al regresar a su pueblo, varias personas estaban interesadas en herramientas nuevas ya que no tenían tiempo para realizar dicho viaje, y se habían enterado de la venta con el vecino.

El hombre comenzó a realizar viaje por viaje cada vez comprando más mercancía de la que le pedían, y así logró abrir la primera ferretería dentro de su pueblo, al paso del tiempo dejo de hacer los viajes y comenzó a recibir mercancía en lotes por envío, y los pueblos vecinos también llegaron a comprarle.

Un día el alcalde del pueblo le pidió que anotara su nombre en una hoja para hacerle un agasajo, y el hombre le dijo «Con mucho gusto lo haría, pero no se leer ni escribir.»

El alcalde asombrado le dijo «Wow! Sin saber leer ni escribir logro todo este imperio de cadenas de ferretería, no me imagino que sería de usted si supiera leer y escribir».

A lo que el señor respondió con una sonrisa en su rostro «Yo sí, probablemente sería el vigilante del bar.»

Con está historia no quiero decirte que hay que ser conformista, todo lo contrarío, que aun teniendo cualquier obstáculo se pueden conseguir cosas grandes, las excusas son limites que nosotros mismos no colocamos.

El día de hoy te he estado hablando acerca de: